El olor de tu cabeza.
Las gotitas de leche que caen por la comisura de tus labios.
Tu mirada azul marino.
Profunda. Fija.
Tu manita apoyada en mi pecho.
Y tu dedito agarrando el mío.
El calor de notar tu cuerpito apretado contra el mío.
Tu sonrisa ancha.
Con la boca bien abierta.
Tus carcajadas ante las tonterías de papá.
Tus ruiditos en la teta.
Tus pies rechonchos.
Tu piel suave.
Tan tan suave.
Querer estrujarte. Morderte.
De puro amor.
Tus pestañas largas.
Tu risa de teta mientras me miras.
Tu agú con esfuerzo.
Tu respiración pausada encima de mí.
Y toda esa calma que me regalas.
El olor a leche por la mañana.
Y la caca que huele a kefir.
El olor de tu cabeza.
Tu olor.
Porque no existirán cajas de recuerdos multisensoriales?
Una máquina del tiempo en casa.
En la que meterme.
Y volver a sentir.
Aunque sea por un momento.
En la que guardar para siempre
Esa sensación especial,
De esos días de postparto.
Esos que poco a poco,
Quedan atrás.
( textos de Paola Roig)